Crear para no ‘oxidarse’: la generación de contenido como práctica de salud mental
- Santiago Revelo
- 20 abr
- 5 Min. de lectura
En un mundo hiperconectado donde todo parece ir a mil por hora, la creación de contenido suele asociarse, únicamente, con redes sociales, estrategias de marca o campañas publicitarias. Sin embargo, lo que pocos consideran es que crear, pensar, escribir, dibujar, grabar, diseñar, no solo construye audiencias, también fortalece la salud mental.

Y es que generar contenido de forma constante puede ser una poderosa herramienta para mantener el cerebro activo, flexible y en constante evolución. En otras palabras se puede decir que crear también es una manera de trabajar por el bienestar físico de uno, mientras se lleva a acabo un ejercicio de producción de contenido para los diferentes propósitos que pueda llegar a tener una marca.
No es solo cuestión de publicar, es ejercitar la mente
Mantener la mente activa trae consigo una serie de beneficios y, gracias a los avances que ha tenido la neurociencia, esta ha logrado demostrar que involucrarse en actividades creativas contribuye directamente a la neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro para adaptarse y reorganizarse creando nuevas conexiones neuronales.
Ya sea desde la generación de contenido para su sitio web, sus redes sociales, su podcast o, simplemente, para su marca, hasta la creación de una obra de arte, en cuanto a los procesos creativos se refiere, es importante señalar que, según investigaciones recogidas en Frontiers in Psychology y portales especializados como Neuro-Class, durante el desarrollo de este tipo de actividades que requieren de un alto grado de creatividad, se activan múltiples regiones cerebrales, incluyendo:
La corteza prefrontal, responsable de funciones ejecutivas como la planificación y la toma de decisiones.
El hipocampo, esencial para la memoria y el aprendizaje.
Además, estudios como los publicados en Redalyc sostienen que la creatividad implica una interacción compleja entre diversas áreas del cerebro, lo que permite integrar información y generar ideas novedosas, manteniendo la mente alerta y activa. Sin embargo, este no es el único beneficio que los procesos de creación constante pueden generar en el cuerpo de una persona, ya que, más allá de ese estado de claridad mental, estos tienen la capacidad influir en los estados de ánimo.
Crear reduce el estrés y aumenta la felicidad
El simple acto de escribir o diseñar algo propio puede ser profundamente terapéutico. La American Psychological Association (APA) ha señalado que actividades como la escritura creativa, el journaling o la pintura ayudan a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y promueven una sensación de control y bienestar, algo que sin duda ratifica el porqué crear es, en otras palabras, una forma de autocuidado emocional.
Por su parte, Harvard Health Publishing ha destacado que mantener la mente activa mediante actividades creativas mejora la concentración, la memoria y la capacidad de aprendizaje, lo cual es fundamental a medida que envejecemos. Estimular la mente no solo favorece el rendimiento cognitivo, sino que también puede prevenir el deterioro asociado a la edad.

Sin embargo, para ir más allá y reforzar esta idea, cabe resaltar que un estudio de la Universidad de Drexel reveló que participar en actividades artísticas durante solo 45 minutos puede reducir significativamente los niveles de cortisol, incluso si la persona no tiene experiencia previa en arte. La creatividad, por tanto, es para todos y, si se desarrolla de manera constante, su ‘Yo’ del futuro se lo va a agradecer.
Crear es una inversión a largo plazo
Ahora bien, no se trata solo de generar contenido por generar. El valor de esas ideas está en hacerlo con propósito, autenticidad y estrategia. Crear contenido con intención no solo favorece el posicionamiento en motores de búsqueda o el crecimiento de una comunidad digital, como la ciencia lo ha podido demostrar, esta también nos permite entender mejor el mundo, dejar una huella personal y fortalecer nuestras habilidades cognitivas a largo plazo.
Crear contenido, incluso si no lo subimos a ninguna red, es una práctica que nos ayuda a estar presentes, a reflexionar y a evitar que nuestro cerebro entre en piloto automático. Es observar con otros ojos, conectar puntos, traducir ideas en palabras, imágenes o sonidos. Es mantener despierto el asombro, algo que muchas veces perdemos en la adultez.

En un mundo que nos empuja a consumir más de lo que creamos, detenerse a escribir una idea, grabar un pensamiento, diseñar una historia o compartir una experiencia se vuelve un acto de resistencia. Crear es decir “esto me importa”. Es una forma de ordenar el caos, de dejar rastro. Más allá de las métricas, de los likes o de los algoritmos, el contenido también es un espejo de nuestra mente y, cuando lo hacemos con intención, es también una forma de cuidarla. Porque crear no es solo comunicar, es, en muchos sentidos, recordar que estamos vivos.
Cinco ejercicios para potenciar tu creatividad en la generación de contenido
Crear contenido no siempre es fácil. Hay días en los que las ideas fluyen como río… y otros en los que apenas sale una gota. Pero la buena noticia es que la creatividad se entrena. Aquí te compartimos cinco ejercicios prácticos que puedes aplicar para activar tu mente y mantener encendida la chispa creativa a la hora de generar contenido:
Escribe sin filtro durante cinco minutos
Abre un documento o tu libreta de ideas y escribe sin parar todo lo que se te ocurra sobre un tema específico. No importa si parece desordenado o incoherente. Este ejercicio te ayuda a romper bloqueos mentales y encontrar ángulos inesperados para tus publicaciones.
Crea un carrusel mental
Toma un concepto central —por ejemplo, “bienestar digital” o “autenticidad en redes”— y desarrolla al menos cinco ideas de contenido en distintos formatos: un reel, un blog, una historia, una encuesta y un meme. Así entrenas tu pensamiento multiplataforma y visión creativa integral.

Ponte en el lugar de tu audiencia
Piensa como tu lector, cliente o seguidor. ¿Qué le duele? ¿Qué necesita saber? ¿Qué le haría sonreír? Este cambio de perspectiva te ayuda a crear mensajes más empáticos, humanos y conectados con la realidad de quienes te leen o escuchan.
Recicla tu propio contenido
Revisa publicaciones pasadas y pregúntate: ¿puedo actualizar esta información? ¿convertir este post en una infografía? ¿sacarle una frase para un tweet? La creatividad también está en reinterpretar lo que ya hiciste y darle nueva vida.
Desafíate con una pauta al azar
Toma una palabra al azar (puede ser del diccionario o de una conversación reciente) y crea un contenido que la incluya. ¿Te salió “tinta”? Quizás sea el título de tu próximo artículo. ¿Te salió “puente”? Tal vez es una metáfora perfecta para hablar de comunidad. Deja que lo inesperado guíe tu inspiración.
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